Nuestro cliente estaba formado por un grupo de socios minoritarios.
Parte del grupo de socios ostentaba funciones directivas, habiendo dirigido uno de los negocios que fue fusionado con la empresa en cuestión. De hecho, el conflicto tiene su origen en las distintas culturas de empresa y de dirección concurrentes en la sociedad resultante de la fusión.
El conflicto coincidió con una operación de captación de nuevos socios para la aportación de capital, por lo que las actuaciones que se llevaron a cabo se basaban en la protección de los derechos de nuestros clientes frente al nuevo inversor y al equipo gestor y socio mayoritario.
Tras una larga negociación, finalmente se alcanzó un precio razonable para la adquisición de la totalidad de la participación de nuestro cliente, poniendo fin al conflicto de socios.